Somos nosotros los que permitimos que los demás nos hagan daño....

Una vez escuché una frase que me hizo tanto sentido, decía así: Si perdonas demasiadas veces, las personas se acostumbran hacerte daño....
Generalmente ésto no es un acto voluntario o consciente por parte de ellos. Pero si no muestras lo que están provocando en ti con sus actitudes, ¿cómo el otro sabrá que te está dañando??
A veces nos hacemos los fuertes, los capaces de tolerar cualquier palabra o acción.....pero si te duele, tienes que cuidarte, ser consecuente contigo mismo, hacerte respetar y dar a conocer que ciertas acciones o comentarios no las vas a permitir.
Como ya he escrito anteriormente, si no te respetas tu, nadie lo hará por ti.
Nadie puede dañarte si tu no lo permites, eres tu el que pone los limites, quien acepta que te pasen a llevar y quien elige convivir con estas personas a pesar de lo que puedan causar.
Si tu eres sincero y haces notar tu malestar, hay 2 opciones: el otro cambia y no lo vuelve hacer y construyen relaciones positivas o sigue dañandote sin importarle nada.
Ante la última opción hay nuevamente dos caminos: te proteges y te alejas  o te quedas permitiendo que te sigan hiriendo.
Generalmente cuando nuestra autoestima no es la adecuada, somos capaces de tolerar y permitir que no nos respeten y nos dañen.
Es admirable ver como ciertas personas siempre actúan con consecuencia, se hacen valer por lo que son y no permiten que nadie los dañe. Esas personas tienen fortaleza interna, adecuada autoestima y generalmente siempre han tenido un cariño  y comprensión incondicional de sus padres o figuras sustitutas.
Pero tenemos que tener siempre claro que somos nosotros los que sabemos lo que nos hace bien, y esto es tan personal. No todos nos afectamos por lo mismo; entonces es tan simple que ante a alguna agresión o comentario incomodo solamente preguntemos, por ejemplo ¿que sentido tiene lo que tu me estás diciendo?
Así con un comentario tan sencillo, hacemos pensar al otro que quiere lograr con sus dichos, les mostramos que provocó algo en nosotros y al mismo tiempo le hacemos ver que eso que  dice  nos hace daño.
Es fundamental siempre confrontar de manera serena, clara, honesta y con respeto cuando nos dicen algo que nos daña o nos molesta. Si respondemos con agresiones caemos en el mismo nivel y no avanzamos en nada.
Todo lo expuesto acá parece bien sencillo y simple; pero es fundamental para ir construyendo relaciones interpersonales maduras y aprender a rodearnos  de personas que nos aporten y que nos hagan crecer.
Si te quieres, respetas a ti mismo y actúas con dignidad,  nadie podrá llegar a lastimarte.