Logrando la Fortaleza
miércoles, 1 de julio de 2015
La distancia y la aceptación que nuestros ideales pueden cambiar.....
El silencio y la distancia que se da entre personas cercanas, o que al menos lo fueron en algún momento, es muy difícil y doloroso. Muchas veces no sabemos qué pasa detrás de ese silencio: si la otra persona olvidó, si estará extrañando, si estará haciendo esfuerzos por ser fuerte o si simplemente le da lo mismo.
No toda distancia es ausencia ni todo silencio es olvido, al alejarnos de una persona podemos evitar un abrazo, un beso, una interacción pero jamás un sentimiento. No saber que pasa es muy confuso y nos lleva a varias suposiciones; nos es imposible saber que estará sintiendo o pensando el otro, por ende, se nos hace más difícil olvidar.
Muchas veces la distancia se da debido a que nos alejamos de personas porque sentimos que nos perturban nuestros objetivos, por lo tanto, ponemos barreras y muros entre ellos y nosotros; nos convencemos que es lo mejor y hacemos esfuerzo por sacarlos de nuestras vidas. Podemos incluso culparlos o sentir rabia con ellos porque nuestra vida cambió, podemos ponerlos en el lugar de "malos" para que se nos haga más fácil olvidar y así nos sentimos más liberados y sin culpa. No pensamos en ellos, ni en lo que sienten, solo queremos eliminarlos de nuestras vidas, y al final pagan siendo inocentes, pero debemos tener claro que ellos no son los responsables sino nuestro sentir y lo que provocaron en nosotros. Pero ¿Qué pasa cuando nuestro corazón no es capaz de borrar y sigue sintiendo intensamente? Eso es lo más complicado, porque nuestro sentir nos tiñe la vida, dependiendo de cómo sentimos es como actuamos. Si no somos fieles a nuestros sentimientos seguramente nuestro comportamiento cambiará, estaremos de mal humor, seremos poco tolerantes con todo lo que nos vaya pasando y con las personas cercanas, nos costará dormir y perderemos la motivación. Quizás para aliviar este sentir desagradable tenderemos a salir harto, viajar o comprar, pero a pesar de estas distracciones el mal-estar seguirá igual. Es muy difícil tratar de opacar o apagar nuestras emociones y nuestro sentir, debido a que lo padecemos, nos pasa, no lo mandamos y menos controlamos, por lo tanto, tenemos que aprender a vivir con esto. No podemos sacar a la fuerza a personas de nuestra vida y alejarnos porque perturban lo que ya teníamos. Puedes convencerte que lo lograras y seguramente harás todo lo humanamente posible para no recordar y evitar cualquier contacto; lamentablemente esto no será viable en el tiempo. Quizás antes te podía funcionar porque tu realidad y las experiencias vividas hasta ahí eran diferentes, pero en la medida que vayas viviendo, conociendo personas distintas, experimentando sensaciones diferentes, inevitablemente tu vida y realidad cambiaran. Por lo mismo, en vez de anular personas y recuerdos debes ser capaz de integrar estas nuevas experiencias y rearmar tu vida. Estas experiencias indudablemente te hicieron cambiar y eso hay que aceptarlo, por mucho que te alejes ya eres distinto, ya percibiste algunas necesidades que tenias y que no eras consciente de aquellas, viviste sensaciones y experiencias únicas, que te maracaron, por lo tanto, tu vida tomó otro rumbo. Indudablemente este nuevo sentir generará un caos en ti, puesto que sientes que se derrumba lo que has tenido y que puedes perderlo todo. Lo anterior genera miedos, temores, ansiedad y culpa. Es normal vivenciar esto pero no puedes detenerte por temor; el miedo te impide ser feliz, lograr tus sueños y te aleja de experiencias increíbles. Lo peor es arrepentirse de cosas que no hiciste, atreviéndote jamás pierdes todo lo que has construido, sólo se reorganiza e implica algunos cambios. Para lograr lo anterior necesitas coraje, valentía, flexibilidad y capacidad de adaptación.
Muchas veces traté de anular mis sentimientos en pro de ideales que la sociedad establece o que yo misma me había puesto, no fui fiel a mi misma ni a lo que sentía, escuché a los otros pero no a mi; hasta el día de hoy me arrepiento. Por lo tanto, soy de la idea de seguir lo que siento, de escuchar mis emociones y mi sentir; nunca lo ignoro...encuentro que es más sano ser fiel a nuestras vivencias y a nosotros mismos, a darnos la oportunidad de una nueva experiencia. De ahora en adelante no me arrepiento de nada de lo que hago, porque lo hago escuchándome, lo hago con el corazón, aunque traiga pérdidas, cambios y consecuencias no le temo, me la juego y jamás me he arrepentido, siempre a la larga todo se ordena y el tiempo me da la razón. Nuestro pensar puede cambiar, hay que ser flexibles y ver las distintas posibilidades donde nuestras vivencias tengan espacio, jamás rigidizarse ni forzarse puesto que lo anterior nos lleva a enfermarnos y desequilibrarnos. Tenemos que ser capaz de adaptarnos a las nuevas realidades actuando acorde a nuestras emociones y sentimientos, siempre va a haber una posibilidad. El punto está en no tener miedo, tener el coraje y la valentía de atreverse a cambiar nuestra realidad.
Hay que tener claro que en algunos momentos algunas situaciones nos hacen sentido y estamos bien en ellas, sin embargo, de un minuto para otro, algo nos pasa que empezamos a vivenciar distinto y ya no estamos cómodos en situaciones que antes estábamos bien; es ahí donde debemos ser capaces de flexibilizar y re adaptarnos en vez de forzarnos a vivir algo que ya no tiene el mismo sentido de antes.
Tomar distancia y ser indiferente con una persona o situación que te genera sentimientos, que te aportó en tu vida; es quizás ser fiel a tus ideales pero no a ti mismo. Lo anterior es la causante de mayores desequilibrios e inestabilidades emocionales. Tus muros y barreras en un comienzo podrán ser sostenidos, sin embargo, con el tiempo tenderán a derrumbarse y te pasarán la cuenta, ya sea lamentándote por lo que perdiste o cayendo en nuevas experiencias que volverán a tambalear lo que has construido.
En la vida tenemos muchos ideales por los que nos hemos esforzado toda nuestra vida por sostenerlos y luchar por ellos; pero tenemos que tener la capacidad de entender que éstos no son rígidos y que pueden cambiar. Hay que tener claro que alguna vez algo puede pasar que nos empezamos a sentir no plenos en las conductas que nos ayudan a mantenerlos; ahí sentimos que la vida se nos derrumba, porque esta tambaleando todo aquello por lo que hemos luchado. No hay que tener miedo, hay que saber que todo en la vida puede cambiar y por ello no dejarás de ser feliz, hay un duelo por lo que podría terminarse, ansiedad y miedo, muchas veces culpa, pero ahí viene el coraje de poder darse cuenta que quizás esos ideales ya no serán los mismos que nos han motivado siempre. Eso no significa nada malo, los cambios generan fuertes remezones pero no son el fin del mundo, se requiere mucho coraje y valentía para enfrentar y aceptar y, por lo tanto, ser flexibles. Solo así se logra la felicidad y plenitud. Tus ideales y motores pueden ir cambiando eso no significa el acabose sino que hay una reconstrucción que si eres capaz de manejar los factores adecuadamente te llevarán al éxito.
Para poder entender lo anterior, debes vivirlo, sentirlo, muchas veces de afuera para los demás es inexplicable, solo puede saberlo quien lo vive.
Todas las personas y experiencias te van dejando huellas y marcas en tu vida y eso conllevará a que tu vida tenderá a moverse a otro rumbo. No hay que temer hay que ser fuerte y atreverse, no es fácil pero se logra.
miércoles, 24 de junio de 2015
Distintos tipos de relaciones, su superación y la incidencia de nuestro pensar
Cuando estamos atravesando etapas difíciles y dolorosas producto de un quiebre o ruptura, sentimos angustia fuerte, tristeza extrema, miedo y ansiedad; podemos incluso no ver salida. Estas sensaciones no nos abandonan nunca, tiñen nuestra vida y nuestros días, sentimos que tenemos que hacer grandes esfuerzos por seguir con nuestras rutinas.
Nuestra mente muchas veces no nos ayuda, puesto que nos hace suponer e imaginarnos situaciones, que quizás no son reales, pero que aumentan todos nuestros sentimientos negativos e inseguridades. ¿Cómo hacer para controlar nuestros pensamientos? Es difícil, porque al atravesar etapas complicadas, vemos y sentimos todo negativo, por ende, tanto los pensamientos y emociones, son de esta índole. Seguramente si pudiéramos controlar nuestro pensar podríamos disminuir la angustia y ansiedad que vamos vivenciando. Por lo tanto, es importante objetivizar y ser realistas con las imágenes y acciones que se nos hacen presente en la mente. Suena fácil decirlo pero díficil de llevar a cabo, pero no es imposible de lograr. Si lo logramos, no tengas duda que tu sentir negativo, nuestra angustia logrará disminuir un poco. Es un ejercicio constante, puesto que varias veces nos van a ir apareciendo estos pensamientos y suposiciones, que sin duda nos harán sufrir más de la cuenta. Es necesario identificarlos, analizarlos, elaborarlos y objetivizarlo; captar que son producto de nuestra mente y no es la realidad.
Al pasar por estas etapas complicadas, nuestro sentir va variando ( angustia, pena, ira, confusión, desesperación y desesperanza), pero siempre la tonalidad es negativa; queremos tener respuestas, nos encantaría tener una bola de cristal y saber que va a pasar. A veces perdemos la esperanza y a veces ésta vuelve. Lo raro es que en algunas situaciones el camino y la realidad son tan claros pero algo pasa que seguimos esperanzados ¿Hasta cuando seremos capaces de esperar y que tiene que pasar poder dar vuelta radicalmente la página? La verdad que cuesta asumir la perdida, puesto que siempre está la posibilidad de que el otro vuelva, a excepción que haya muerto; incluso si está en una nueva relación podemos llegar a pensar que nos va a valorar y quizás volver después de un tiempo, nos agarramos de cualquier señal y la interpretamos con ilusión.
Entonces, en algunas ocasiones, nos podemos poner tercos y obstinados y nos cuesta soltar a la persona a pesar de que no está presente y que nos haya hecho daño. Este sentir no ayuda, porque seguimos aferrados a recuerdos y momentos pasados agradables pero que ya no están. Quedarse pegado en el pasado no ayuda a avanzar ni a salir de esta etapa. Pero es muy entendible que nos cueste soltar porque es muy difícil aceptar haber perdido a esa persona y re adaptar nuestra vida a la nueva realidad; lo anterior, es lejos lo que más cuesta superar. A veces vamos bien avanzados pero algo en nosotros o de la realidad externa nos mueve a recordar olores, palabras, lugares incluso podemos ver fotos y escuchar canciones significativas, y es así, como volvemos a abrir la herida de nuestro corazón.
Necesitamos tiempo, a veces mucho tiempo para poder superar. Incluso a medida que pasan los días puede ser que el dolor y la pena vayan aumentando debido que cada vez lo extrañamos más y nos empieza a hacer más falta; se nos empieza a hacer más real la perdida y vemos que a medida que pasa el tiempo esta persona no vuelve.
Suele pasar también que tendemos a recordar solo lo positivo, incluso podemos ignorar o perdonar comportamientos y conductas que no han hecho daño; nuestro corazón es compasivo, comprensivo y tolerante. Hay veces que incluso llegamos a la idealización de esta persona, nuestra mente pierde objetividad, borrando lo negativo y solo resaltando lo bueno.
Cada relación es distinta, nunca vas a sentir dos veces igual, por lo tanto, del tipo de relación y conexión con el otro va a depender la velocidad de superación. En el proceso muchas veces vas a sentir que no superarás jamás esta pérdida, y que nunca encontraras alguien igual, que te haga sentir así; eso es asì pero tienes que tener la tranquilidad que todo se supera en la vida; aunque nunca vas a olvidar ni borrar a la persona y lo vivido en algún minuto dejará de doler. Lo que sentiste es probable que no se vaya a volver a repetir porque cada relación es única, con propias dinámicas, sensaciones, sentir, complicidad y compatibilidad distinta y particular.
Difícil es desprenderse de una persona que reunía todo lo que necesitabas para ser feliz, aunque la felicidad depende de ti mismo, hay personas que te pueden acompañar en ésta y si cumplía con esos requisitos realmente cuesta más. Si más aún, abriste completamente tu corazón y tu vida a otro, más duele.
El tiempo que duro la relación no es tan significativo, lo que más nos marca es el tipo de relación, las experiencias y recuerdos vividos y, por sobre todo, la intensidad de la interacción.
Hay veces que las relaciones más bien cortas cuestan mucho de superar y es porque estamos recién entusiasmándonos y estamos en peak de intensidad, aún no bajamos la emocionalidad inicial, estamos aún en las nubes, entonces caer de ahí también es muy doloroso. Otra situación que también es complicada de superar es cuando nos encontramos con personas tan especiales con una química inmediata, que vivenciamos haber conocido de siempre, que nos sentimos en confianza absoluta, que desde el primer segundo pudiste ser tu mismo sin barreras, que sabemos que es lo que queremos desde que lo vimos y abrimos de inmediato nuestro corazón y generalmente este sentir es mutuo. Lo anterior se da muy pocas veces y quizás una vez en la vida; y el quiebre de este tipo de relación es más difícil de superar, porque objetivamente hubo una química especial y una conexión nunca antes vista, tienes momentos perfectos sólo por estar, no necesitas nada más para estar pleno(ni lugares especiales, ni nada) solo la interacción hace el momento perfecto. ¿ cómo superamos haber perdido una relación así? Todo quiebre es doloroso pero el de este tipo de relaciones es más complicado aún, porque has tenido otras relaciones y un sentir y complicidad igual no la conocías y quizás no se vuelva a dar o repetir. Por lo tanto, es más frustrante y doloroso. Por lo anterior, aunque se de algo especial con una química distinta y mucha confianza, igual debes cuidarte e irte con calma, no abrir tu vida y tu corazón tan rápidamente para evitar mayores dolores y caidas. Muchas veces después de estos quiebres no hay nada más que hacer, solo esperar que pase el tiempo y de a poco ir superando la perdida.
Tambén existen las relaciones caoticas, donde la interacción es tormentosa y fuerte, oscilas entre la maxima felicidad hasta la maxima tristeza; generalmente se da entre personas muy intensas, donde se atraen de manera adictiva pero hay poco cuidado y control entre ambos; desde fuera cuesta comprender la relación pero estando adentro es muy exitante; se aman en algunos momentos y en otros se odian. Este tipo de relaciones pueden ser muy dañinas, pero lo más grave es que cualquier otra relación más tranquila y estable les será aburrida y poco motivante. Acá también nuestro pensar incide y este varía en que nos convencemos que es lo mejor pero en otras ocasiones, sentimos que no, sentimos que debemos hacer algo para cambiar la situación, tomamos conciencia que la relación no es sana y que nos hace daño, pero este pensamiento generalmente dura muy poco y nos cuesta alejarnos. Otra situación interesante de mencionar, es que puede pasar que teníamos una relación estable y estábamos felices pero de un minuto para otro nuestra pareja cambia y empieza a dañarnos sin causa ni razón. Pierde el respeto y consideración con nosotros, nos sentimos heridos injustamente, nos confundimos y analizamos todo el tiempo que habrá pasado, nuestro pensar nos da distintas conclusiones todas distintas y sentimos un caos. Esto duele sobre todo porque no entendemos el cambio, pero hay que estar tranquilos puesto que no tiene que ver con nosotros sino con que esa persona no está bien, tiene que ver con sus propios temas, seguramente está pasando una etapa complicada y nos daña inconscientemente porque no hay coherencia entre su pensar y actuar, lo anterior lo hace desesperarse y lo desiquilibra, por lo que puede tener un comportamiento erratico que daña a su entorno.
Al final sólo el tiempo y nuestra mente nos pueden ayudar, nuestro mente y nuestro pensar tienen un poder inimaginable en lo que nos pasa y como vivimos la vida.
Tu felicidad no depende de quien eres ni de lo que tienes solamente depende de lo que tu piensas. Tu elijes desde que lugar miras el mundo.
jueves, 18 de junio de 2015
El Olvido, la razón y el corazón
Olvidar es dejar de sentir afecto o interés por alguien o por algo importante y significativo para nosotros. Es un proceso difícil, que está asociado a dolor y a recuerdos que son imposible de borrar de nuestra mente y más aún de nuestro corazón.
Si dependiera de la voluntad o fuera racional y mecánico sería tan fácil, pero las emociones y sentimientos los padecemos, nos llegan y , por lo tanto, no tenemos ningún control lógico sobre éstos.
Después de una pérdida, de una ruptura o quiebre quisiéramos automática e inmediatamente recetear y borrar tantos recuerdos, imágenes, olores y momentos que nos acompañan y nos hacen casi imposible y tortuoso este proceso. Es más difícil si aún tenemos sentimientos intensos hacia la persona que debemos olvidar.
Es importante tener claro que las personas y recuerdos significativos jamás se olvidan, pero si, con el tiempo, dejan de doler y podemos integrarlos a nuestra vida como experiencias; independiente que sean positivas o negativas, nos dejan aprendizajes y huellas que nos acompañarán siempre, por lo tanto, debemos tener claro que no se olvida pero si se supera. Eso es lo que debemos lograr, no borrar los recuerdos, pero si que deje de doler haber perdido a la persona importante asociada a éstos .
Antes de lograr lo anterior, hay todo un proceso, una elaboración larga y muy dolorosa. Pasamos por distintas fases: la pena y tristeza que nos genera perder a esta persona tan querida está siempre presente, y éste dolor se mezcla con la rabia e impotencia de que no hay nada más que podamos hacer para recuperarlo, también se hace presente la desesperación; nos sentimos con las manos amarradas de no poder actuar ni hacer nada; solo resignarnos, asimilar y aceptar. Es muy difícil aceptar haber perdido y empezar a armar nuestra vida sabiendo que esta persona ya no formará parte.
No todos los momentos del proceso de olvidar están asociados al dolor intenso, incluso hay veces que sentimos que ha disminuido bastante y que hemos avanzado. Sin embargo, al día siguiente volvemos a sentir la pena intensa y los recuerdos o ciertas canciones, olores, imágenes etc se nos hacen presentes y volvemos a retroceder. Y así nos pasamos un buen rato, oscilando entre momentos mejores y peores; y entre las distintas fases, que incluso pueden darse entre mezcladas.
Cuando sentimos esta tristeza intensa tenemos ansias de que el tiempo pase rápido y poder olvidar, a veces sentimos que estamos a punto de lograrlo y al día siguiente podemos estar mas tristes que el primer día y así sucesivamente hasta que deja de doler. Nos preguntamos ¿cuánto tiempo necesito para lograrlo y estar bien? La respuesta es tan relativa, depende de cada persona, sus recursos y además va a depender de factores tanto externos como internos. Queremos tener la respuesta ahora y nos desesperamos al no saber.
En algunas ocasiones somos nosotros los que tomamos la decisión de olvidar, pero en otras situaciones no nos queda otra opción y tenemos que acatar; y eso es más difícil aún. Quizás porque nosotros no queremos olvidar, teníamos la intención de seguir en esta relación; por lo tanto, la determinación no está en nuestras manos y no nos queda otra que asumir, y por ende, nos forzamos a olvidar. Esto es muy difícil sobre todo aceptar y resignarse a perder y hacer esfuerzos para sacar a esta persona de nuestra mente y corazón. Pero es muy difícil sacarlo de nuestros pensamientos si aún permanece en nuestro corazón.
Lo que sentimos y vivenciamos lo padecemos esta fuera de nuestros pensamientos y lógica. Es muy confuso, cuando la mente y el corazón no apuntan hacia la misma dirección. Esto hace más difícil olvidar, nuestro corazón perdona, es paciente, comprensivo, tiende a ver todo lo bueno del otro y es nuestra mente la que es más estricta y nos muestra la otra parte, pero en esta lucha, sobre todo al comienzo, siempre gana o tiene mas fuerza el corazón. Somos capaces de entender, de aceptar, comprender al otro, perdonamos hasta los actos más crueles, nuestro corazón es compasivo y tolerante.
Las personas somos distintas, hay personas que le dan más importancia a la razón que al corazón, y éstas generalmente son mas rígidas, estricta y analíticas; que en general no se dejan llevar. Por el contrario, las otras son mas emocionales y mas espontáneas que se guían por el sentir.
Es impresionante lo que pasa cuando una persona que en general ha actuado más racional empieza a guiarse por el sentir; eso se da cuando en la vida se cruza con una persona con una conexión inmediata, con una química indescriptible, donde empieza a sentir sensaciones que nunca había experimentado en la vida. Por lo mismo, es imposible tomar en cuenta mas la razón que el sentir en estos casos, y pasa de ser mas racional a más emocional. Al principio se complica y puede tender hacer mil esfuerzos por controlar lo que siente, pero sin duda y si quiere ser feliz, esta lucha la ganará siempre el sentir y el corazón. En un comienzo tratará de olvidar estas sensaciones y a esta persona porque así ha funcionado siempre pero esto le será imposible; y terminara dejándose llevar. No va a poder sostener los muros y barreras que está acostumbrado a levantar. Puede ser que esta nueva experiencia sea un éxito o también puede pasar que no resulte. Si después que se deja llevar la relación no resultó; le tocará, por ende, el olvido, y éste será más difícil porque si siempre se hubiera dejado llevar, estaría más acostumbrada a este tipo de fracasos, donde no puede tener todo bajo su control. Pero lo que es claro, que aunque duela jamas estaría arrepentida porque tuvo la posibilidad de vivir una experiencia de sensaciones e intensidad inimaginable. Seguramente después se dejaría llevar más por su corazón y la razón solo será mediadora pero no dictadora(como había sido siempre). Empezó a vivir un mundo que ni se imaginaba, tuvo la suerte de poder cambiar la mirada de la vida y cada vez se esforzará más por lograr la felicidad que motivarse por tener todo bajo control, empezara a renunciar a una vida mas rígida carente de emociones e intensidad; y por lo tanto, habrá mas equilibrio entre ambos polos.
Las personas podemos ser frías y olvidar rápido sólo cuando la intensidad de nuestros sentimientos no es alta, o cuando la persona no te interesa, porque cuando hay emociones importantes e intensas ni la frialdad ni olvido son factibles; es erróneo actuar fríamente, ponerte muros si hay sentimientos y emociones ligados a esa persona.
Hay veces que nos mostramos fuertes, podemos actuar de manera distante y fría, pero internamente sentimos y vivenciamos intensamente, esto nos genera un gran caos porque nos forzamos a actuar distinto a nuestro sentir, independiente cual fuera la causa de esto, es un error grave. Si ya lo sientes, aunque actúes distante, lo experimentas igual y por lo tanto, frío no estas siendo sino poco coherente contigo mismo. Es fundamental para la salud mental una congruencia entre el sentir y el actuar, donde escuchas y sigues tu emocionalidad y no la opacas, independiente de la razón o explicación que te des. Felicidad y salud mental tiene todo que ver con la consistencia que tengas entre tu vivenciar y tu comportamiento. Es fundamental ser leal a ti mismo y a lo que te pasa.
miércoles, 10 de junio de 2015
Relaciones Inexplicables
Hay veces que nos vemos envueltos en situaciones en las que jamás pensamos estar y que varias veces hemos visto en otras personas y no entendemos su actuar.
Hay que pensar que si optamos o nos arriesgamos en éstas es porque hay algo, muchas veces inexplicable, que nos movió o impulsó. Esas experiencias son generalmente muy intensas y de sensaciones indescriptibles.
A veces la racionalidad nos indica alejarnos o evitarlas pero hay algo emocional que nos impide hacerlo, ni dudamos en seguir.
Nos preguntamos ¿ qué nos pasa si es tan claro el camino que debemos seguir? ¿porqué no puedo renunciar a esta persona o situación?
Hay personas que llegan a nuestra vida sin una razón clara, en el momento en que menos esperamos, pero la conexión es inmediata, tan intensa que se vuelven adictivos e inolvidables, realmente sin explicación.
Si uno canaliza y reorganiza bien las distintas variables estas relaciones pueden ser muy constructivas y ricas como experiencias; y llevarte a la plenitud y felicidad y por ende, permanecer en el tiempo. Sobre todo que una conexión, compatibilidad y sentir de tal magnitud es probable que no se vuelva a repetir.
Sin embargo, en otras ocasiones cuando no son bien manejados los factores y uno de los dos siente miedo, pone barreras o está pasando por una situación de inestabilidad, puede llevar a ambos al desequilibrio; experimentando estar en una montaña rusa, donde oscilas de ascender a la máxima felicidad o descender hasta lo más bajo, ambos polos con una intensidad inigualable.
En este caso tienes la sensación de entregarte por completo y a pesar de eso, no obtener buenos finales; terminando frustrado y dolido por que el resultado no está en tus manos. Estas barreras y miedos que experimenta el otro nos hieren y no nos permiten fluir. Sobretodo, que esté tipo de interacciones avanzan rápidamente, tendemos a abrir nuestro corazón y nuestra vida desde un comienzo, de manera muy rápida (sin cuidarnos), confiamos 100% en el otro y en la veracidad de nuestro sentir.
Después de entregar todo y tener altas expectativas, nos sentimos triste porqué nos damos cuenta que no podemos sentir nuestro a alguien que queremos pero que jamás nos ha pertenecido.
Nos preguntamos ¿si valió la pena tanta confianza, entrega y dedicación? Siempre tenemos que sentir que valió la pena, por algo nos jugamos todo, si nos hizo feliz y sonreír siempre va a valer la pena. Jamás debes arrepentirte de lo que has hecho sino de lo que no has hecho. Siempre hay que intentarlo porque la falta de coraje es causante de la pérdida de momentos increíbles. En lo único que hay que tener ojo es que debes cuidarte y no abrir tu vida tan rápidamente, generalmente nos cuidamos y vamos de a poco, pero estas relaciones con química y conexión tan fuerte nos hacen avanzar y abrir nuestras vidas demasiado rápido, y por ende, si no resulta sufriremos más.
También quiero hacer alusión a otro tipo de relaciones que realmente son inexplicables, son personas que son frustrados con sus parejas, ya sea porque tienen carencias y necesidades fuertes de afecto, por desilusiones importantes o simplemente la rutina ya hizo perder toda la motivación e interés por el otro. La rutina o estar ahí por costumbre o porque es más fácil, cómodo y seguro puede ser letal en cualquier relación y por ende, es dañino y no justo para ambos.
Saben que nunca va a cambiar esta dinámica pero permanecen ahí resignándose a no optar por una relación completa mas enriquecedora donde probablemente sean más felices y plenos.
Lo anterior puede deberse a varios factores como un bajo amor propio, mediocridad que se resignan y conforman con poco; también pueden explicarse por el miedo y la culpa o porque a veces es más fácil conformarse con lo que hay que arriesgarse en una situación nueva que no sabemos si va a funcionar o no; lo que habla de una falta de valentía y coraje tremenda. Que triste no atreverse ni arriesgarse, vivir siempre con la duda de como hubiera sido darse una nueva oportunidad.
Otra causa posible, que quiero detallar, es que sea causado por un desequilibrio o inestabilidad interna por lo que necesitan esta zona tranquila, donde no hay tanta emocionalidad ni pasión; donde la otra persona actúa de una determinada manera que aunque no le genere deseos le da la tranquilidad de tenerla bajo control y así mismo no seguir aumentando la propia inestabilidad. No es lo correcto, obviamente es más sano trabajar la propia inestabilidad y no quedarse estancado en una relación llena de carencias; es necesario superar lo propio para poder construir algo mejor, donde puedas dejar fluir tus sentimientos y re encantarte con el amor.
Mantenerse ahí por la razón que sea es lo más nefasto que puedes hacer y no debes postergar la posibilidad de tener una nueva relación donde estarás pleno y podrás satisfacer todas las carencias y faltas de cariño que te han acompañado durante toda la vida. Sin embargo, a veces el temor o la culpa son más fuertes y te obligas a renunciar a obtener esta felicidad y plenitud. Te fuerzas a seguir viviendo una vida vacía. Por lo anterior, o te resignas y renuncias para siempre a estas sensaciones tan positivas o puedes estar alerta y buscando las mínimas demostraciones de cariño, teniendo puras relaciones pasajeras cortas, donde sientes parcialmente, te energizas y tomas un aire; pero que no afectaran el fuerte donde te sientes resguardado. Igual así no obtienes la felicidad y paz que puedes tener en una relación donde puedes encontrar todo, amor, sensaciones fuertes, cariño, protección y una estabilidad que te da terror no obtener, pero si no lo intentas, no lo logras.
Una persona que es capaz de sentir, entregar no puede resignarse en relaciones donde no te aporten lo que necesitas y mereces, o simplemente, no te retribuyen todo lo que das. Hacer tanto esfuerzo y rogar por obtener una mínima demostración emocional o de cariño hacia ti, no es justo. Esto lentamente va menoscabando tu autoestima, va dañándote y aumentando tu inseguridad personal, que trataras de compensar forzosamente en otras áreas o con otras personas.
La demostraciones emocionales deben ser reciprocas y fluir espontáneamente, no es una constante lucha por obtener un mínimo de lo que das. La vida no es esfuerzo solamente sino también saber disfrutar, dejarse querer, cuidar y finalmente ser feliz.
Es importante dejar los miedos y la culpa de lado y atreverse a ser feliz. Todos los cambios implican una fuerte sacudida, hay que ser capaz de tolerar el remezón porque no es el fin del mundo sino el comienzo de una nueva era.
Si sientes confusión e indecisión ante una determinación, es normal; es imposible tener total claridad antes de decidir, si esperas eso, nunca te vas a atrever.
Ya sabes que ahí no encontraste lo que buscabas es muy poco lógico seguir intentando. Puedes ser capaz de ponerte barreras y muros pero éstos no los vas a poder sostener en el tiempo. Puede ser que el otro haga cierto esfuerzo por hacerte sentir como quieres, pero durará poco porque su forma no es así, puede ser forzado pero esto debe ser fluido. Tu esencia es sentir, vivir, intensidad....jamás serás feliz con una persona que no es capaz de hacerte sentir así. Estar toda una vida rogando cariño o esforzándote por que el otro sienta como tú, es realmente una tortura que lógicamente te llevará al desequilibrio y a la falta de sanidad mental.
martes, 9 de junio de 2015
Duelo y Negación de Emociones
El duelo es un proceso psicológico que se produce a partir de alguna pérdida; es aprender a vivir sin alguna persona significativa desde el punto de vista emocional.
Es una experiencia emocional humana y universal, única y dolorosa; el hecho de enfrentarse a esta pérdida se le llama elaboración de duelo y conduce a la necesidad de la adaptación a una nueva situación.
La mayoría cree que al hablar de duelos nos referimos solamente a una perdida a partir de la muerte. Pero no necesariamente tiene que ver con eso, también tiene que ver con cualquier pérdida significativa para una personas, ya sea una relación, un trabajo incluso de salud. En esta ocasión haré alusión solo a las pérdidas que implican una ruptura o separación.
El duelo incluye cambios muy significativos en las actitudes, comportamientos, pensamientos y vida espiritual del doliente.
Lo que siempre está presente es un dolor tan intenso que muchas veces sentimos que no podremos recuperarnos. No imaginamos nuestras vidas sin la persona que no esta. Y comienza la adaptación a la nueva vida sin esta persona tan querida, con una serie de procesos y elaboraciones dolorosas.
No es fácil desprenderse de una persona a la cual tenemos ligados nuestros sentimientos y emociones, a la cual asociamos a experiencias positivas incluso perfectas, con alta compatibilidad, tenemos recuerdos, imágenes y vivencias únicas, que se nos hacen presente a cada momento en este proceso.
¿Cómo podemos aceptar y asimilar dicha perdida? Todos hablan que el mayor sanador es el TIEMPO, aunque siempre ayuda, no es el único que puede ayudarnos a salir adelante. También hay una serie de conductas que nos pueden ayudar, para poder seguir viviendo con este dolor pero no paralizar nuestras vida ni hundirnos en un hoyo sin fondo, lo que no significa que debemos negar el dolor.
Es muy necesario vivir el duelo, lo que implica vivir, elaborar la pérdida, es muy importante vivenciar el dolor aunque implique sufrimiento. Tenemos que darnos el tiempo para vivirlo y no ocultarlo. Si lo negamos, como un mecanismo de defensa, no seremos capaces de elaborarlo y tarde o temprano nos pasará la cuenta.
En el duelo pasamos por distintas etapas, primero la negación de la situación, después la rabia o ira, también pena o depresión, otras confusión, a veces miedo e incluso culpa; hasta llegar a la asimilación y aceptación de la pérdida. Pasar por todos estos estados y que éstos se vayan mezclando es normal y esperables.
En cada fase hay distintas conductas que no pueden ayudar a procesar la pérdida. Por ejemplo, si sentimos pena es sano vivenciarla, quizás ver fotos o escuchar canciones que nos recuerdan a la persona, hay que vivir y sufrir el dolor, jamás negarlo. Aunque suene paradojal es necesario vivenciarlo para poder superarlo.
Si estas en la etapa de rabia es muy sanador descargarla, ya sea a través del deporte o de escribir todo lo que vas sintiendo, es inimaginable como éstas descargas te ayudan a liberar la ira y a estar mucho mejor.
Hay duelos más fáciles de elaborar y otros más complicados. Es un poco mas fácil cuando el distanciamiento es a partir de una despedida o final sano, donde hay cariño y ambas partes entienden de igual manera las razones del final, empezaron a elaborar juntos el proceso. Lo mismo pasa cuando muere una persona que lleva mucho tiempo enferma, de a poco nos vamos haciendo la idea de la posibilidad que esta persona no esté. Sin embargo, cuando la muerte es de un minuto para otro, no alcanzamos a prepararnos y muchas veces no entendemos porque, lo mismo pasa con los distanciamientos más abruptos. Los dos duelos son muy dolorosos pero uno es mas fácil de elaborar que el otro.
Por último, quiero hacer alusión a otro tipo de duelo, que se refiere a cuando estamos frente a una persona que creemos que es de una forma, lo queremos así e imaginamos la vida de una manera determinada. Pero de un minuto para otro algo pasa que está persona cambia y empieza a actuar de una manera que jamás pensaríamos que se comportaría. Esto último también genera un proceso doloroso y tenemos que procesar y analizar la pérdida de la persona creíamos teníamos en frente, y empezar a elaborar la nueva imagen de esta persona con el antes y después. Esto genera mucha confusión y dolor.
Es impresionante como en alguna ocasiones después de una separación desconocemos a la persona con la cual estábamos. Muchas veces, por este cambio, hasta ponemos en duda que fuera real lo que vivimos con la persona de la cual nos enamoramos. Estos cambios tienen muchas causas y es fundamental identificar cual generó el cambio para poder elaborar de manera sana nuestra pérdida.
En reiteradas ocasiones, las personas ante sus propios miedos generan defensas(no sanas) que los llevan a actuar de una determinada manera, reprimiendo y negando sus emociones por temor o miedo intenso. Se vuelven fríos y distantes, se defienden ante la persona que le genera estos sentimientos. EL Miedo los bloquea y los hace actuar de dicha forma. Empiezan a vivir la vida que les de más estabilidad aumentando cada vez más las defensas. Pero lamentablemente estas barreras no son sostenidas en el tiempo; en algún minuto encontraran su nueva vía de escape y caerá en un desequilibrio impensado lleno de frustraciones y carencias. Tal inestabilidad será mayor a la que le hubiera generado escuchar y seguir sus emociones. Puede ser que por un tiempo logre vivir una vida rígida y fría; carente de estos sentimientos positivos nuevos pero que le generan tanta ansiedad; donde reprimes, niegas o anulas lo que sientes para poder sobrellevar una situación donde la razón pesa más que la emoción. Pero es imposible ser feliz y sano si reprimes tus sentimientos y te aferras por miedo a vivir en contra de tus vivencias.
El miedo juega en contra de la felicidad, te hace transitar en círculos dentro de tu zona de confort, pero jamás te ayudan a avanzar hacia la felicidad y plenitud. Tus sueños están al otro lado de tus miedos, no es cobarde quien siente temor sino el que se paraliza y no enfrenta las dificultades.
lunes, 26 de enero de 2015
Actitud ante las decepciones
En la vida constantemente nos vamos topando con situaciones o personas que nos generan frustración o decepción.
Ante esto uno podría desanimarse y no volver a intentar.
Hay veces que a pesar que damos todo y nos entregamos por completo a ciertas personas u objetivos, las cosas no resultan como esperamos.
Ante esto podemos analizar y ver si fuimos nosotros quienes hicimos algo mal o simplemente el resultado no dependía de nuestros actos o voluntad.
Si a pesar que dimos todo y no funcionó jamás hay que perder el ánimo o la esperanza. Tampoco tenemos que cambiar nuestra forma de actuar.
Siempre hay que estar preparado porque hay veces que nuestra conducta va a lograr nuestras metas y hay veces que no.
En esta última situación podemos experimentar pena o rabia incluso frustración, pero siempre hay que mantener la calma; jamas perder la esperanza y menos cambiar nuestra esencia por mas decepciones que podamos ir viviendo.
Todas las experiencias, por negativas que sean, siempre nos van aportando distintos aprendizajes que debemos saber tomar y considerar ante distintas situaciones.
Por ejemplo, nos vamos dando cuenta de ciertas señales que podrían haber sugerido antes que algo no anda bien, pero por no saber seguimos para delante.
Seguramente para la próxima esas señales van a ser tomadas en cuenta, y no volveremos a equivocarnos o podremos parar antes de seguir forzando algo que no se dará.
También a lo largo de nuestra vida vamos conociendo patrones o tipos de personas que jamas cambiaran, entonces antes de pensar en intentar algo ahí sabremos retirarnos para no volver a sentirnos decepcionados.
En algunas situaciones nos pasa lo que dice el típico dicho sobre tropezar con la misma piedra. Cuantas veces hemos dado varias oportunidades a personas que no cumplieron con lo que esperábamos o no nos dieron la importancia que mereciamos. Volvimos esperando que ellos cambiaran o se dieran cuenta de lo que perdió.
No digo que no sea adecuado dar otras oportunidades. Pero si una persona realmente te valora no necesita perderte para darse cuenta o darte la importancia que necesitas.
Nunca debemos perder nuestro centro y conformarnos con poco. Siempre tenemos que tener la actitud de darnos la importancia que merecemos. Y siempre ser la prioridad no la opción de otro.
Las personas pueden ser muy encantadoras o seductoras cuando quieren algo, lo importante que esa actitud este siempre presente no solo por beneficio personal.
Vuelvo a repetir de captar las señales y no dejarse engañar con falsos trucos.
El que quiere estar contigo va a estar, no va a necesitar excusas ni pretextos. Si no tiene el suficiente tiempo se lo va a hacer para verte.
Como ya he dicho antes en este blog si no te respetas ni valoras tu nadie lo va hacer por ti.
Tienes que aprender a retirarte de situaciones y alejarte de personas que no te cuidan ni aprecian. A veces cuesta por que nos sentimos solos o porque esperamos que su sentimiento cambie. Pero ante la mínima duda protegete y cuídate porque es mucho el daño que puedes permitir que te hagan.
Ante esto uno podría desanimarse y no volver a intentar.
Hay veces que a pesar que damos todo y nos entregamos por completo a ciertas personas u objetivos, las cosas no resultan como esperamos.
Ante esto podemos analizar y ver si fuimos nosotros quienes hicimos algo mal o simplemente el resultado no dependía de nuestros actos o voluntad.
Si a pesar que dimos todo y no funcionó jamás hay que perder el ánimo o la esperanza. Tampoco tenemos que cambiar nuestra forma de actuar.
Siempre hay que estar preparado porque hay veces que nuestra conducta va a lograr nuestras metas y hay veces que no.
En esta última situación podemos experimentar pena o rabia incluso frustración, pero siempre hay que mantener la calma; jamas perder la esperanza y menos cambiar nuestra esencia por mas decepciones que podamos ir viviendo.
Todas las experiencias, por negativas que sean, siempre nos van aportando distintos aprendizajes que debemos saber tomar y considerar ante distintas situaciones.
Por ejemplo, nos vamos dando cuenta de ciertas señales que podrían haber sugerido antes que algo no anda bien, pero por no saber seguimos para delante.
Seguramente para la próxima esas señales van a ser tomadas en cuenta, y no volveremos a equivocarnos o podremos parar antes de seguir forzando algo que no se dará.
También a lo largo de nuestra vida vamos conociendo patrones o tipos de personas que jamas cambiaran, entonces antes de pensar en intentar algo ahí sabremos retirarnos para no volver a sentirnos decepcionados.
En algunas situaciones nos pasa lo que dice el típico dicho sobre tropezar con la misma piedra. Cuantas veces hemos dado varias oportunidades a personas que no cumplieron con lo que esperábamos o no nos dieron la importancia que mereciamos. Volvimos esperando que ellos cambiaran o se dieran cuenta de lo que perdió.
No digo que no sea adecuado dar otras oportunidades. Pero si una persona realmente te valora no necesita perderte para darse cuenta o darte la importancia que necesitas.
Nunca debemos perder nuestro centro y conformarnos con poco. Siempre tenemos que tener la actitud de darnos la importancia que merecemos. Y siempre ser la prioridad no la opción de otro.
Las personas pueden ser muy encantadoras o seductoras cuando quieren algo, lo importante que esa actitud este siempre presente no solo por beneficio personal.
Vuelvo a repetir de captar las señales y no dejarse engañar con falsos trucos.
El que quiere estar contigo va a estar, no va a necesitar excusas ni pretextos. Si no tiene el suficiente tiempo se lo va a hacer para verte.
Como ya he dicho antes en este blog si no te respetas ni valoras tu nadie lo va hacer por ti.
Tienes que aprender a retirarte de situaciones y alejarte de personas que no te cuidan ni aprecian. A veces cuesta por que nos sentimos solos o porque esperamos que su sentimiento cambie. Pero ante la mínima duda protegete y cuídate porque es mucho el daño que puedes permitir que te hagan.
domingo, 18 de enero de 2015
Implicancia de nuestros miedos en la vida
El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.
Todas las personas tenemos algunos miedos y éstos pueden ser muy diversos. Hay que aprender a identificarlos y poder funcionar con ellos fluidamente y por sobre todo, de manera congruente.
Por lo anterior, en algunas ocasiones actuamos distinto a lo que nosotros pensamos ¿ En esta situación que tiene más poder?
Siempre he pensando que las acciones son las que mandan.
En nuestra conducta manifestamos y hacemos evidente nuestro ser y nuestros deseos. No así en nuestras palabras y dichos; estas últimas pueden ser frases mecánicas, repetidas o imitadas.
Muchas veces con las palabras tratamos de defendernos de nuestros propios miedos,tratando de evitar que los demás nos hagan daño.
En algunas ocasiones nuestros temores nos hacen hacer o decir cosas que no sentimos, lo anterior puede ser porque tratamos de defendernos. Y en esas situaciones se ve claramente la incongruencia entre lo que queremos y hacemos.
Para tener una vida equilibrada y sana necesitamos esta coherencia, sin ésta siempre vamos a vivir en estados de disarmonia y amargura.
Es impresionante como nuestros miedos nos limitan, nos frenan, y lo mas grave es como nos hacen perder oportunidades que valen la pena y que nos pueden proporcionar felicidad. Además por ellos podemos dañar a muchas personas sin la intención de hacerlo.
Es de suma importancia identificarlos e integrarlos a nuestras vida de manera que no boicoteen nuestro actuar.
He aprendido a arriesgarme dejando mis miedos y temores de lado, he aprendido a vivir con ellos sin que interfieran mi actuar.
Vale mas la pena una nueva experiencia que siempre nos va a proporcionar alguna enseñanza. Es inimaginable la cantidad de situaciones y aprendizajes que podemos perder por estar estancado en nuestros temores.
Siempre hay que arriesgarse, el peor escenario es equivocarnos pero también de nuestros errores aprendemos. Por lo tanto, también sería una experiencia positiva.
Hay que dejar que las cosas fluyan, es muy distinto cuando algo empieza a como se va dando en el camino.
Hay que liberarse y arriesgarse, nunca se pierde nada por intentarlo.
Todas las personas tenemos algunos miedos y éstos pueden ser muy diversos. Hay que aprender a identificarlos y poder funcionar con ellos fluidamente y por sobre todo, de manera congruente.
Por lo anterior, en algunas ocasiones actuamos distinto a lo que nosotros pensamos ¿ En esta situación que tiene más poder?
Siempre he pensando que las acciones son las que mandan.
En nuestra conducta manifestamos y hacemos evidente nuestro ser y nuestros deseos. No así en nuestras palabras y dichos; estas últimas pueden ser frases mecánicas, repetidas o imitadas.
Muchas veces con las palabras tratamos de defendernos de nuestros propios miedos,tratando de evitar que los demás nos hagan daño.
En algunas ocasiones nuestros temores nos hacen hacer o decir cosas que no sentimos, lo anterior puede ser porque tratamos de defendernos. Y en esas situaciones se ve claramente la incongruencia entre lo que queremos y hacemos.
Para tener una vida equilibrada y sana necesitamos esta coherencia, sin ésta siempre vamos a vivir en estados de disarmonia y amargura.
Es impresionante como nuestros miedos nos limitan, nos frenan, y lo mas grave es como nos hacen perder oportunidades que valen la pena y que nos pueden proporcionar felicidad. Además por ellos podemos dañar a muchas personas sin la intención de hacerlo.
Es de suma importancia identificarlos e integrarlos a nuestras vida de manera que no boicoteen nuestro actuar.
He aprendido a arriesgarme dejando mis miedos y temores de lado, he aprendido a vivir con ellos sin que interfieran mi actuar.
Vale mas la pena una nueva experiencia que siempre nos va a proporcionar alguna enseñanza. Es inimaginable la cantidad de situaciones y aprendizajes que podemos perder por estar estancado en nuestros temores.
Siempre hay que arriesgarse, el peor escenario es equivocarnos pero también de nuestros errores aprendemos. Por lo tanto, también sería una experiencia positiva.
Hay que dejar que las cosas fluyan, es muy distinto cuando algo empieza a como se va dando en el camino.
Hay que liberarse y arriesgarse, nunca se pierde nada por intentarlo.
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